Ruta de la Vainilla
Acerca de:
La ruta comienza en Papantla, la “ciudad que perfuma el mundo”, en donde se cultiva y protege el sembradío de la vainilla, con la cual se elaboran dulces, figuras y artesanías.
Dentro del Mercado Hidalgo de Papantla, se pueden adquirir artículos antes mencionados, así como la esencia natural que se usa para cocinar, aromatizar e incluso como un perfume de origen natural.
Existen algunos recorridos dentro de plantaciones de vainilla como el del Ecopark Xanath, donde se puede convivir con artesanos de la zona y campesinos especializados en al siembra de esta vaina representativa de Veracruz.
En el itinerario se puede apreciar la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, representativa de este Pueblo Mágico, adornada con motivos alusivos a la orquídea de la vainilla, que se encuentra contigua a la plaza donde se realiza la ceremonia ritual de los Voladores de Papantla; prueba del sincretismo realizado entre indígenas y españoles.
Papantla es el destino perfecto para apreciar las leyendas y tradiciones indígenas. Es imperativo conocer el Monumento a la Vainilla y conocer la leyenda de cómo nació esta orquídea.
Varios tours ofrecidos en el municipio incluyen un recorrido por hogares que se dedican a la industrialización de la vainilla y al proceso hogareño previo a la extracción de la esencia. Entre las opciones, también se pueden hacer figuras y tejidos con la vaina.
En la Plaza Central de Papantla se encuentra el mural “Homenaje a la Cultura Totonaca”, de Teodoro Cano, uno de los grandes muralistas veracruzanos y alumno de los pintores Diego Rivera y José Chávez Morado.
Además de un recorrido obligado por la zona arqueológica de Tajín, joya de Veracruz y declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco, hay guías que recomiendan un paseo por Cuyuxquihui, ubicada a 27 kilómetros de Papantla y parte de una de las ciudades construidas a raíz de la caída de El Tajín.
Cuyuxquihui se encuentra en lo alto de la sierra, rodeada de cedros, aguacates y bambú. En el predio principal están varias pirámides, murales, plazoletas, pinturas murales y figuras a los dioses totonacas.
Sin duda, este paseo será un deleite para los sentidos; principalmente para el olfato. Dentro de este Pueblo Mágico, rodeado de cerros y vainillales, el tiempo se detendrá para poder acercarse a la tradición e historia de las raíces de la sangre veracruzana.